domingo, 3 de abril de 2011

El DNI ideológico, mostrar antes de opinar


Si por algo se ha caracterizado la administración Kirchnerista es por tratar de mostrarse como un gobierno fundacional al ritmo de: “antes de ellos nada y después de ellos todo” (la nueva patria). Para sostener esta estrategia sabían que debían ganar la batalla cultural y para ello consideraron necesarios la generación de un andamiaje de intelectuales y “militantes de la cruzada verbal” que atacan, descalifican, escrachan y denigran a cualquiera que opine de manera diferente.

Ganar el debate con argumentos válidos no es el objetivo principal de los cruzados K. El primer golpe, al mejor estilo del que “pega primero pega dos veces” está en etiquetar y poner al otro en un lugar incómodo desde donde darle la estocada final, antes de que pueda empezar a argumentar cualquier idea. Como se dice en la jerga se busca “sacarlo de la cancha antes de que entre”.

De este modo a la primera palabra expresada que no concuerda con las ideas del “Gobierno Nacional y Popular”, los verborrágicos militantes k disparan su metralla calificando al “oponente” de: fascista, oligarca, gorila, anti patria, golpista, pro dictadura y cipayo, entre otros. Debido a esto hemos visto a periodistas, intelectuales o referentes de diversos temas tener que empezar con un listado de aclaraciones que van desde: “yo no estoy del lado de clarín”, “nunca estuve con la dictadura”, “no defiendo a las empresas”, “no soy golpista”, entre otras antes de hacer una crítica al gobierno como precaución de los ataques que saben que van a venir de los sectores oficialistas.

Sin embargo, estos ataques que antes sólo lo recibían personalidades públicas ahora se han trasladado a todos los foros, blogs, diarios o comentarios en redes sociales. De este modo obligan también a los ciudadano comunes s a tener que dar una catarata de explicaciones ideológicas que nada tienen que ver con el problema concreto que se discute pero que deben hacerlo para defenderse de los ataques de los “ciber militantes k”.

Así la militancia k del pensamiento único, antes de dejar opinar a cualquier otro ciudadano ejerce sobre éste el poder de policía pidiendo que le muestre su “DNI Ideológico”, donde el no oficialista deberá expresar todas sus posturas antes de pronunciar la primera palabra en contra del “modelo k”.