viernes, 10 de septiembre de 2010
Ayuí: contaminación y política
Más allá del debate en particular sobre el proyecto Ayuí Grande, nuestra provincia se juega el futuro de su desarrollo en los próximos años. ¿Cómo deberíamos enfrentar esta situación?
La preocupación por proteger el medio ambiente no es sólo legítima, sino necesaria. Gracias al esfuerzo de los grupos especializados en impacto ambiental por difundir la problemática el cuidado del mundo en que vivimos se ha instalado en la agenda de la sociedad. Sin embargo, esta suerte de “concientización” ha llevado a algunos sectores a una posición extrema, como define el filósofo español Fernando Savater, no son lo mismo lo ecologistas que los ecólatras.
Mientras los ecologistas son quienes se preocupan por la conservación de la naturaleza entendiendo las necesidades del hombre que la habita, los ecólatras sólo se interesan en conservar el medio ambiente por el hecho mismo de preservarlo, sin importar las necesidades del hombre. Así para el ecólatra cualquier tipo de contaminación del medio ambiente es despreciable, pero se olvida que toda actividad humana es contaminante y que sin ella el desarrollo y el progreso de la vida humana son imposibles. Siguiendo esta lógica no se podrían producir energía, alimentos u otros bienes para la gran cantidad de habitantes que viven hoy en nuestro planeta.
Es por ello que el debate sobre Ayuí Grande no debe darse en el maco irracional de decir que el proyecto “contamina”, ya que esto no es suficiente y lo que se debe juzgar es si se está haciendo de la manera que puede generar menor impacto dada su producción. Esto es vital debido a que sin ello nuestra provincia, tan rica en recursos naturales, no podrá dar el próximo paso hacia el desarrollo. Hoy es Ayuí, pero mañana tendremos que dar el debate sobre la represa Garabí, la industria forestal para darle valor agregado a la madera con una papelera u otros proyectos que saquen a nuestra provincia de la pobreza y el subdesarrollo en que estamos sumergidos.
Serán los técnicos y científicos lo que tendrán que dar el debate específico sobre cada proyecto, pero somos nosotros los que debemos apostar al desarrollo sustentable que nos permita un equilibrio entre naturaleza y desarrollo económico. Lo que tampoco debemos dejar que suceda, es que la cola de la mala política se meta y en vez de discutir lo importante sobre Ayuí Grande, algunos se opongan solamente porque uno de los integrantes del grupo económico que lleva adelante el proyecto, es también parte de su “archi” enemigo en el Grupo Clarín.
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