El tan esperado Fondo de Desendeudamiento para la provincia podría traer más de una sorpresa a nivel político y gestión.
Desde la ruptura del Pacto Autonomista-Liberal, el armado de los frentes electorales se han vuelto un verdadero rompecabezas para sumar a las distintas fuerzas a un frente. Esta ingeniería en el armado además de tener un impacto en la elección, después tiene su impacto directo en el gobierno. Lo que sucede básicamente es que ningún partido se quedará conforme con los espacios que ocupe y las presiones serán constantes.
En el caso particular de este gobierno, el actual gobernador apostó al todo o nada en las legislativas nacionales donde puso a dos candidatos (Artaza y Aspiazú), que sabía que no le serían incondicionales en el Congreso Nacional si él llegaba a ser elegido, pero lo hizo sabiendo que la imagen de éstos le podía dar el impulso que ECO necesitaba. El resultado electoral posterior le dió la razón, pero para ello tuvo que postergar a varios referentes de la UCR que hacían fila para quedarse con alguna de las nominaciones.
A los pocos meses cuando fue el turno de las elecciones provinciales de octubre pasó lo mismo con la lista de diputados provinciales, donde los representantes de los partidos socios de la UCR se llevaron la mayoría (no así en senadores). La consecuencia de esto se vió cuando se conformó el gobierno. La pulseada de la UCR llevó a que los socios no ocuparan lugares gravitantes en el ejecutivo.
Ricardo Colombi tuvo que tejer muy fino, esta vez con los votos en la mano negoció con los socios y aguantó las presiones, pero sabiendo que su objetivo principal estaba dentro de la UCR. Ante un contexto difícil de una provincia que no tuvo PAF (Programa de Asistencia Financiera) en el 2008 y 2009 y sin una mayoría cómoda en las cámaras provinciales, sabía que el único flanco que no podía descuidar era el interno, el de su partido.
Como se dice, muchos de la UCR salieron con los “tapones de punta” a buscar los espacios y a fuerza de presión entraron. El gobernador no quedó conforme con “algunas fichas” y como buen tiempista sabía que si la economía provincial se acomodaba, su poder se consolidaría y de ahí en adelante las cosas iban a ser distintas. Con el toro por las astas: “agarrate catalina”, que más de uno que está cómodo hoy podría estar en la cuerda floja cuando se refinancie la deuda de la provincia.
Estos cambios además podrían dar un nuevo impulso a la gestión de gobierno, que contará con mayor libertad política y económica para plasmar un programa con vistas a los próximos casi tres años y medio que le quedan de mandato.
Francisco Castilla para Tugroup.com.ar
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