viernes, 22 de junio de 2012

¿Qué hay detrás del sueño de la casa propia?


El programa de viviendas Pro.Cre.Ar, lanzado por el gobierno la semana pasada sin dudas apunta a resolver una deuda pendiente que tiene la gestión kirchnerista con la ciudadanía. Prueba de ello fue la abrumadora respuesta de la gente para inscribirse, a pesar de que los pasados anuncios como el “Plan Inquilinos” terminaron en total fracaso al haber anunciado que se otorgarían 500 mil créditos cuando se concretaron menos de 8 mil.

Más allá de si el plan cumplirá con las 400 mil casas prometidas en cuatro años (274 casas por día), cosa muy poco probable, es preocupante saber que la fuente de financiamiento será nuevamente el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES. La misma que paga una jubilación nacional mínima de $1.687 pesos.

Si bien muchos de los programas que financia la ANSES (como la Asignación Universal por Hijo o Conectar igualdad)  tienen un impacto social innegable, que lo tengan que pagar los jubilados es totalmente cuestionable. Sin embargo,  muchas veces se ha escuchado decir desde el gobierno que este es un sistema “solidario”, donde los que aportan financian la educación y el futuro de los niños o como dice el último informe de la ANSES: “la rentabilidad es entendida no sólo desde un punto de vista financiero, sino también social”.

La pregunta es ¿qué significa esto? Significa que, para los que administran la ANSES está bien que haber cambiado la plata de los jubilados (57,8% del dinero del FGS) por títulos públicos que rinden un 12% cuando la inflación es del 25% para financiar al Estado y que no conforme con esto, los abuelos se van a tener que “solidarizar” otra vez para financiar los nuevos créditos que se prestarán a tasas entre 2% y 16%.

Como deja ver un reciente informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latino­americana (Ieral), los aportes de los jubilados cada vez valen menos, donde a fines de 2009, el Fondo de Garantía podía hacer frente al equivalente a 16 meses de ju­bilaciones nacionales, hoy solo son 12 meses y donde éste fondo representaba el 12,4% del PBI a fines del 2010 hoy representa solo un 10%.
Por otra parte hay que destacar que los fondos no son todos nacionales. Como bien muestra el último informe presentado por el IARAF, de los 20.000 millones anuales que necesitaría el Pro.Cre.Ar para financiarse, más de la mitad lo ponen las provincias (un 59%, es decir unos 11.800 millones) a través del 15% que se les retiene de coparticipación. En el caso de Corrientes su aporte será de $421 millones de pesos anuales.

Para poner este último número en perspectiva hay que tener en cuenta que nuestro instituto de la vivienda IN.VI.CO recibe unos 120 millones anuales del gobierno nacional a través  FONAVI. Es decir que Corrientes pondría por año casi 3 veces de lo que hoy recibe, pero sin poder hacerlo a través de una institución que está hecha para hacer viviendas como es el IN.VI.CO. y sin la garantía de que ese dinero se volcará acá.

Nos podemos preguntar ¿por qué el gobierno nacional no gira los fondos para que cada provincia pueda desarrollar su política habitacional a través de instituciones que siempre lo hicieron, como los institutos de vivienda provinciales? y por otra parte ¿quién se va a solidarizar con los jubilados que cobran una mínima de $1.687 mientras sus fondos se gastan en otros programas?

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